Una explicativa charla llevaron a cabo profesionales del SAG Ñuble, dirigida a fruticultores de Quillón, principalmente, productores de cerezas, a quienes se orientó acerca del control de la mosca de alas manchadas, conocida también como drosophila suzukii.

La inducción incluyó la entrega de productos para el control de la plaga, específicamente, para la confección de trampas confusoras.

La drosófila (Drosophila suzukii) de alas manchadas es considerada una plaga emergente e invasiva. Corresponde a una pequeña mosca que fue detectada en Chile por el año 2017 y es polífaga, ya que ataca a una amplia gama de cultivos de frutas, así como a un número creciente de frutas silvestres.

Se trata de una grave amenaza económica, ya que a diferencia de la mayoría de las especies de su género -denominadas comúnmente “moscas del vinagre” (las cuales no son plagas, debido a que infestan fruta sobre-madura, caída o en estado de fermentación)- las hembras de esta especie oviponen en frutas sanas que se encuentran en estado de maduración y que preferentemente poseen epidermis suave y delgada.

Posteriormente, sus larvas se desarrollan y se alimentan de la pulpa de la fruta, generando que ésta se vuelva no comercializable.

Esta plaga ha demostrado tener una rápida expansión, con una fecundidad típicamente alta y un ciclo vital de corto tiempo, lo cual -sumado a la disponibilidad de hospederos y a las condiciones climáticas de nuestro país podemos concluir que es posible encontrar en zonas con condiciones adecuadas para el establecimiento y dispersión de esta plaga en Chile.